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" La educación debe ser impartida, desde la cuna hasta la tumba....MARX.            "La verdad es siempre revolucionaria."LENIN              "Si los pueblos no se ilustran, si no se divulgan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que puede, vale debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas y será tal vez nuestra suerte cambiar de tiranos sin destruir la tiranía". Mariano Moreno.            s  "La democracia es una forma de gobierno en la que cada cuatro años se cambia de tirano" LENIN              Las personas   han sido y serán siempre,     atontadas víctimas del engaño      y del autoengaño en política,     mientras no aprendan a distinguir      detrás de las frases,     detrás de las promesas y de las declaraciones sociales,     religiosas o políticas, los intereses de clase de los que las divulgan”.   Lenín              "La educación popular, no es un concepto, ella nos abre la posibilidad de realizar una lectura crítica de la realidad para construir sujetos protagonistas con una opción ética y política"      "Esta clase de educación busca romper con los esquemas tradicionales que cohíben a las personas de la facultad de construir el pensamiento crítico, con el propósito de incidir en los cambios socio-políticos de su Estado"      

domingo, 7 de abril de 2013

GUÍA DE FILOSOFÍA SEGUNDO PERIODO. EPISTEMOLOGÍA DE LA EDAD MEDIA, Y EL RENACIMIENTO. ÉTICA DE LA ANTIGÜEDAD, MEDIEVAL Y DEL RENACIMIENTO


I.              EPISTEMOLOGÍA O GNOSEOLOGÍA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
Fig: http://4.bp.blogspot.com/epistemologia%255B1%255D.jpg

La Filosofía medieval. Relación de temas
1. San Agustín de Hipona. 2. San Anselmo de Canterbury. 3. Santo Tomás de Aquino. 4. Guillermo de Ockham. 5. Santo Tomás Moro.
La filosofía medieval
A diferencia de lo que había ocurrido con la filosofía griega, que había centrado su reflexión en torno a la determinación del objeto, la filosofía medieval centrará su interés en Dios. La filosofía helenística había dado una orientación práctica al saber, dirigiéndolo hacia la felicidad del hombre. Es el caso del estoicismo y del epicureísmo, que habían colocado a la ética en el vértice del saber. A lo largo de los primeros siglos de nuestra era, la progresiva expansión del cristianismo y otras religiones mistéricas irá provocando la aparición de otros modelos de felicidad o "salvación individual", que competirán con los modelos filosóficos. Frente a la inicial hostilidad hacia la filosofía manifestada por algunos de los primeros padres apologistas cristianos, sus continuadores encontrarán en la filosofia, especialmente a partir del desarrollo del neoplatonismo de Plotino, un instrumento útil, no sólo para combatir otras religiones o sistemas filosóficos, sino también para comprender, o intentar comprender, los misterios revelados. Surge de ahí una asociación entre filosofía y cristianismo o, más en general, entre filosofía y religión, que pondrá las bases de la futura filosofía medieval, entre los cristianos, los musulmanes y los judíos. El tema fundamental de reflexión pasará a ser la divinidad, quedando subordinada la comprensión e interpretación del mundo, del hombre, de la sociedad, etc. al conocimiento que se pueda obtener de lo divino. La fe, que suministra las creencias a las que no se puede renunciar, tratará de entrar en diálogo con la razón. La inicial sumisión de la razón exigida por la fe, dejará paso a una mayor autonomía propugnada, entre otros, por Santo Tomás de Aquino, que conducirá, tras la crisis de la Escolástica, a la reclamación de la independencia de la razón con la que se iniciará la filosofía moderna.
EPISTEMOLOGIA O GNOSEOLOGIA AGUSTINIANA
Aunque sin llegar a elaborar una teoría del conocimiento San Agustín se ocupará del problema del conocimiento, tratando de establecer las condiciones en las que se puede dar el conocimiento de la verdad, según el ideal cristiano de la búsqueda de Cristo y la sabiduría.
Ante el desarrollo del escepticismo defendido por la Academia nueva, con cuyas tesis había simpatizado anteriormente, San Agustín considerará fundamental la crítica del mismo. Niegan los escépticos la posibilidad de alcanzar certeza alguna. Ante ello San Agustín replica afirmando la necesaria certeza de la propia existencia: ¿puedo razonablemente dudar de mi existencia, aun suponiendo que todos mis juicios estuvieran siempre equivocados? No, dice San Agustín, ya que aun en el caso de que me engañarse no dejaría de existir (al menos el juicio "si fallor, sum" sería siempre verdadero, asegurando la certeza de mi existencia); pero la certeza es triple, ya que el hombre existe, vive y entiende.
En ese conocimiento cierto que tiene la mente de sí misma y por sí misma, en la experiencia interior, asentará San Agustín la validez del conocimiento. Así, no puedo dudar de la certeza de los principios del entendimiento, como el principio de no contradicción; ni de la certeza de las verdades matemáticas. Tampoco puedo dudar de la certeza de la realidad exterior, en la que vivo. No obstante la mente, buscando la verdad en sí misma, se trascenderá a sí misma al encontrar en ella las ideas, verdades inmutables que no pueden proceder de la experiencia.
Distinguirá San Agustín varios tipos de conocimiento, asegurada su posibilidad: el conocimiento sensible y el conocimiento racional; el conocimiento racional, a su vez, podrá ser inferior y superior. El conocimiento sensible es el grado más bajo de conocimiento y, aunque realizado por el alma, los sentidos son sus instrumentos; este tipo de conocimiento sólo genera en mí opinión, doxa, tipo de conocimiento sometido a modificación, dado que versa sobre lo mudable (puede observarse la clara dependencia platónica del pensamiento agustiniano); al depender del objeto (mudable) y de los sentidos (los instrumentos) cualquier deficiencia en ellos se transmitirá al conocimiento que tiene el alma de lo sensible. El verdadero objeto de conocimiento no es lo mudable, sino lo inmutable, donde reside la verdad. Y el conocimiento sensible no me puede ofrecer esta verdad.
El conocimiento racional, en su actividad inferior, se dirige al conocimiento de lo que hay de universal y necesario en la realidad temporal, y es el tipo de conocimiento que podemos llamar ciencia (como los conocimientos matemáticos). Ese tipo de conocimiento depende del alma, pero se produce a raíz del "contacto" con la realidad sensible, siendo ésta la ocasión que permite que la razón origine tales conocimientos universales.
El conocimiento racional, en su actividad superior, es llamado por San Agustín sabiduría; es el auténtico conocimiento filosófico: el conocimiento de las verdades universales y necesarias, las ideas, siguiendo a Platón. Hay, pues, una gradación del conocimiento, desde los niveles más bajos, sensibles, hasta el nivel más elevado, lo inteligible, la idea: "Las ideas son formas arquetípicas o esencias permanentes e inmutables de las cosas, que no han sido formadas sino que, existiendo eternamente y de manera inmutable, se hallan contenidas en la inteligencia divina" (Quaestio XLVI, De ideis, 2).
Las ideas se encuentran, pues, en la mente de Dios. ¿Cómo se alcanza el conocimiento de las ideas? Dado su alejamiento de lo sensible, realidad en la que se encuentra el hombre, las ideas sólo se pueden conocer mediante una especial iluminación que Dios concede al alma, a la actividad superior de la razón. El verdadero conocimiento depende, pues, de la iluminación divina. ¿Cómo interpretar esta iluminación? Según la llamada interpretación ontologista la iluminación significaría que el alma contempla directamente las ideas o esencias en la mente divina, lo que plantea problemas teológicos, dado que de alguna manera el alma contemplaría la esencia divina.
Otras interpretaciones conciben la iluminación como un poder que Dios concede a la razón, una virtud especial por la que el alma queda capacitada para alcanzar por sí misma las verdades eternas, pero que el alma no posee por naturaleza. Para otros la explicación nos la daría el símil que establece Platón entre el sol y el Bien: la idea de Bien ilumina todas las demás realidades permitiendo que sean captadas (presentándose así como la fuente del ser y del conocimiento).
San Anselmo de Canterbury fue uno de los filósofos más relevantes de la tradición agustiniana, por lo que debemos situarlo en la esfera de influencia filosófica del platonismo. No obstante, sus preocupaciones fundamentales eran de tipo religioso y espiritual. En este sentido concibe la filosofía como una ayuda para comprender la fe: hay una sola verdad, la revelada por Dios, que es objeto de fe; pero la razón puede añadir comprensión a la fe y, así, reforzarla. La expresión "credo, ut intelligam" resume su actitud: la razón sola no tiene autonomía ni capacidad para alcanzar la verdad por sí misma, pero resulta útil para esclarecer la creencia. La razón queda situada en una relación de estricta dependencia con respecto a la fe.
EPISTEMOLOGIA O GNOSEOLOGIA TOMISTA
Sto. Tomás no se ocupó específicamente de desarrollar una teoría del conocimiento, del modo en que se ocuparán de ello los filósofos modernos. Al igual que para la filosofía clásica, el problema del conocimiento se suscita en relación a otros problemas en el curso de los cuales es necesario aclarar en qué consiste conocer. En el caso de santo Tomás esos problemas serán fundamentalmente teológicos y psicológicos. No obstante, la importancia que adquirirá el estudio del conocimiento en la filosofía moderna hace aconsejable que le dediquemos un espacio aparte.

Todo nuestro conocimiento comienza con los sentidos; siguiendo la posición aristotélica al respecto, santo Tomás, habiendo rechazado las Ideas o formas separadas, estará de acuerdo con los planteamientos fundamentales del estagirita. El alma, al nacer el hombre, es una "tabula rasa" en la que no hay contenidos impresos. Los objetos del conocimiento suscitan la actividad de los órganos de los sentidos, sobre los que actúan, produciendo la sensación, que es un acto del compuesto humano, del alma y del cuerpo, y no sólo del alma como pensaba Platón. Para que haya conocimiento es necesario, pues, la acción conjunta de ambos, por lo que la posibilidad de una intuición intelectual pura, que ponga directamente en relación el intelecto y el objeto conocido, queda descartada.
Santo Tomás seguirá la explicación del conocimiento ofrecida por Aristóteles. El objeto propio reconocimiento intelectivo es la forma, lo universal; pero esa forma sólo puede ser captada en la sustancia. Por lo tanto, es necesario que la sustancia, la entidad concreta e individual, sea captada mediante los sentidos, para poder ofrecer al entendimiento su objeto propio de conocimiento. Esta actividad primaria es realizada por los sentidos, quienes, en colaboración con la imaginación y la memoria, producen una imagen sensible ("phantasma") de la sustancia, que sigue siendo una imagen concreta y particular; sobre esa imagen actuará el entendimiento agente, dirigiéndose a ella para abstraer la forma o lo universal, la "especie inteligible", produciendo en el entendimiento paciente la "species impressa" quien, a su vez, como reacción producirá la "species expressa", que es el concepto universal o "verbum mentis". El proceso de abstracción consiste, pues, en separar intelectualmente lo universal, que sólo puede ser conocido de esta manera. La consecuencia es la necesidad de tomar como punto de partida la experiencia sensible en todo conocimiento. También en el conocimiento de las cosas divinas, por lo que Sto. Tomás adoptará el método "a posteriori" en su demostración de la existencia de Dios a través de las cinco vías.
Al igual que para Aristóteles, pues, el objeto del verdadero conocimiento es la forma, lo universal, y no lo particular: de la sustancia concreta: conocemos la forma, no la materia, que en cuanto materia prima resulta también incognoscible. Por lo demás, aunque el punto de partida del conocimiento sea lo sensible, lo corpóreo, su objeto propio es la forma, lo inmaterial. ¿Qué ocurre entonces con aquellas sustancias no materiales? Para Sto. Tomás está claro: no es posible tener en esta vida un conocimiento directo de ellas (los ángeles y Dios). El conocimiento de estas sustancias sólo se puede obtener por analogía, en la medida en que podamos tener un conocimiento de los principios y de las causas del ser.
EPISTEMOLOGIA O GNOSEOLOGIA DE GUILERMO DE OKHAM (OCCAM)
Si San Agustín había explicado el tema del conocimiento con la doctrina de la iluminación, de inspiración platónica, santo Tomás lo había hecho con la teoría de la abstracción, de raíz aristotélica. En ambos casos el conocimiento representa el conocimiento de la esencia, dejando al margen la individualidad y particularidad del objeto conocido. Occam se opondrá a ambas explicaciones, rechazando la posibilidad de conocer directamente las esencias tanto como la posibilidad de un conocimiento abstractivo, ofreciéndonos una explicación basada en la intuición sensible, que nos permite entrar en contacto directamente con la realidad individual y concreta, postura conocida con el nombre de nominalismo.
¿Conocemos directamente, pues, la realidad individual o conocemos sólo las esencias universales? La intuición no es, para Occam, la captación directa por parte del sujeto de una esencia, de una idea de tipo platónico, sino la relación directa del sujeto que conoce con el objeto conocido, con la cosa. En este sentido, el conocimiento es algo que se ofrece de modo directo e inmediato al individuo (no el resultado de una abstracción, de una elaboración del entendimiento que culmina en un concepto); es algo, por lo tanto, presente, que queda garantizado por la inmediatez, por la presencia de la cosa que es la causa inmediata de dicho conocimiento, por el que se afirma en consecuencia la existencia de la cosa y del que dependen también las relaciones entre las cosas.
El conocimiento abstractivo no es posible, porque lo universal no es real, no es algo que esté presente. Los conceptos los formamos espontáneamente en el entendimiento, no a través del proceso abstractivo descrito por Aristóteles y por santo Tomás. ¿Qué son los conceptos? No pueden representar unas esencias que no tienen presencia ni existencia real: no son más que signos de carácter lingüístico que se forman a partir de la experiencia, por generalización. Distingue Occam dos tipos de signos: los naturales y los convencionales. Son signos naturales los concebidos por la mente y, en este sentido, pueden ser llamados palabras mentales. Los signos convencionales puede ser de dos clases: proferidos y escritos, es decir pertenecientes al lenguaje hablado o al lenguaje escrito. La función de los signos es hacer las veces de las cosas que significan en el discurso, sustituirlas. En ningún momento representar esencias inexistentes.
El rechazo de la explicación tomista del conocimiento (por vía de la abstracción, siguiendo a Aristóteles) va asociado a la modificación de los presupuestos lógicos que se pueden aceptar en el discurso filosófico, y a la elaboración de algunas propuestas metodológicas, entre las que se suele destacar el principio de economía, también conocido como la "navaja de Ockham", que supone el rechazo de lo superfluo, de lo que no aparezca de modo inmediato a la intuición sensible, y la exigencia de simplicidad en la explicación de los sucesos reales, y cuya formulación tradicional se presenta del modo siguiente: "no hay que multiplicar los entes sin necesidad" (entia non sunt multiplicanda praeter necessitatem).
La obra de Tomás Moro está impregnada de los ideales del humanismo, recibiendo directamente el influjo de los pensadores clásicos, pero teniendo en cuenta las condiciones históricas de su tiempo, lo que se puede observar perfectamente en su conocida obra "De optimo reipublicae statu deque nova insula Utopia",(Sobre la mejor condición del estado y sobre la nueva isla Utopía ), escrita en 1516, bajo la clara influencia de la "República" de Platón. Especialmente interesantes pueden resultar todavía para nosotros sus ideas sobre la tolerancia (política y religiosa) y sus consideraciones sobre la violencia, que le conducen al rechazo y condena de la guerra.

La filosofía del renacimiento
Las relaciones entre humanismo y Renacimiento se presentan bajo el aspecto de una polémica: mientras que el humanismo se caracterizará por el retorno a la sabiduría clásica, en el marco de una preocupación fundamentalmente de signo filológico y teológico, el Renacimiento lo hará como impulsor del desarrollo de la ciencia. Así, el Renacimiento, sin renunciar a los temas básicos del humanismo, le superará, al desligar tales temas de la perspectiva teológica y enlazarlos con el pensamiento científico
a) Caracteres del humanismo
1. Uno de los rasgos distintivos más conocidos y destacados del humanismo es su interés por lo "antiguo", por lo clásico, interés en el que predomina el punto de vista de la investigación filológica. Este interés provoca el desarrollo de la perspectiva histórica en el acercamiento a otra cultura, por que se puede afirmar que con el humanismo se consolida la historicidad como clave del pensamiento europeo.
2. A diferencia de lo que ocurría en la edad media, donde el hombre era considerado fundamentalmente desde una perspectiva teológica, los humanistas valorarán el hombre desde una perspectiva mundana, no-divina, es decir, el hombre será visto como un ser natural e histórico. La religión, aparte de su función redentora, es considerada ante todo en su función civil. Así, tanto la religión como la tolerancia religiosa son instrumentos válidos para asegurar el ideal de la paz civil. La creencia en la unidad última de todas las religiones es afirmada, consecuentemente, desde esta caracterización.
b) Caracteres del Renacimiento
1.  El ideal común de este período viene definido por la esperanza de un renacer del ser humano a una vida verdaderamente "humana", mediante el recurso a las artes, las ciencias, la investigación... poniendo de manifiesto la consideración del ser humano como ser natural, en oposición a la consideración medieval del ser humano como ser-para-Dios.
2. El retorno a los antiguos significa no sólo la recuperación de su obra, sino fundamentalmente el retorno al principio, a los orígenes de la vida humana, cultural, del ser humano. Volver al principio no significa volver a Dios, sino precisamente al terreno del hombre y del mundo humano. De ahí la valoración del pensamiento filosófico pre-cristiano. El retorno significa, además, una conquista. La vuelta a los orígenes, al principio, conlleva la conquista de la personalidad humana. El que este retorno se efectúa mediante las artes y las ciencias, y no mediante experiencias místicas interiores, por ejemplo, significa una búsqueda de la objetividad. En efecto, sólo la objetividad puede poner en evidencia el status original del hombre frente a la naturaleza, es decir, manifestar su origen y su condición humana.
3. Por lo mismo, el hombre es libre de decidir su conducta, de elegir su destino, lo que supone una exaltación de la libertad individual tanto en el orden teológico como el orden cultural y social.

Principales corrientes filosóficas del Renacimiento
a) Platonismo.
b) Aristotelismo averroista (Padua, un solo entendimiento) y Aristotelismo alejandrino (Alejandro de Afrodisia, muchos entendimientos).
c) Estoicismo, epicureísmo, escepticismo.
d) Naturalismo: Bruno, Telesio, Campanella.
e) A ellas hay que sumar la actividad científica representada por Copérnico, Galileo y Kepler, en lo que supondrá la renovación de la concepción del Universo.

Características filosóficas

Una de las características más notables del Renacimiento es el antropocentrismo, lo que supone una valoración no sólo de la personalidad del ser humano, sino también de su individualidad.

2. También el naturalismo irá asociado al desarrollo del Renacimiento. Se destacan los aspectos naturales del hombre versus los aspectos sobrenaturales. Es algo de lo que encuentran los renacentistas que "vuelven" a Aristóteles: la separación del universo y de Dios y la exaltación de la naturaleza; al igual que los que se "vuelven" hacia Platón, buscando una religiosidad natural y la exaltación del hombre y de su libertad (el hombre no es malo, es ignorante, no necesita, pues, la gracia divina para su redención).

3. Bacon, Copérnico, Galileo, Kepler, son figuras centrales en el desarrollo de la ciencia, que supondrá la destrucción de la imagen ptolomeica del mundo, inspirada en el universo cerrado y geocéntrico de las dos esferas; la creciente y progresiva matematización de la naturaleza y el desarrollo del método experimental serán dos de las bazas más significativas de su triunfo.

4. El Renacimiento supone pues el renacer del espíritu de libertad de un ser humano que se quiere inserto en la naturaleza y en la historia.

Fuente: http://www.webdianoia.com/filosofia/medieval.htm

SELECCIÓN TEXTOS AMBITO EPISTEMOLÓGICO PARA ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN Y SÍNTESIS BASES PARA LAS PRUEBAS SABER
Epistemológico: Se evalúan los grandes interrogantes en torno al conocimiento y las interpretaciones y respuestas que de éstos han dado los filósofos más destacados a través de la historia. Contempla las concepciones más significativas sobre la verdad, la razón, el origen y la esencia del conocimiento, y las relaciones entre pensamiento, lenguaje y mundo, entre otros aspectos. Así mismo, tiene en cuenta aspectos centrales del saber científico, como el problema del método, la verdad y la objetividad, así como las relaciones entre ciencia, técnica y sociedad.

1.    EPISTEMOLOGÍA DE LA EDAD MEDIA
ASPECTOS GENERALES DE LA FILOSOFÍA MEDIEVAL
·         Durante la Edad Media el problema del conocimiento se centra en la posibilidad de relacionar fe y razón, que son consideradas como fuentes del conocimiento. La fe revela las verdades divinas y la razón revela una verdad objetiva. Fe y Razón son compatibles y se necesitan mutuamente, no se dan por separado. Con respecto a este problema una posible solución sería separar la razón de la fe para limitar la fe y afirmar el pensamiento racional contra los datos proporcionados por la revelación.
Durante la Edad Media el problema del conocimiento se centra en la posibilidad de relacionar fe y razón, que son consideradas como fuentes del conocimiento. La fe revela las verdades divinas y la razón revela una verdad objetiva. Por lo tanto aunque la fe y la filosofía siguen caminos diferentes, no por eso son absolutamente incomunicables.
·         La imagen del orden de la realidad en la época Medieval fue considerada teocéntrica. Una forma de representar una perspectiva contraria a la de la época Medieval es:

AGUSTÍN DE HIPONA
·         San Agustín considera que la búsqueda de certezas lleva al hombre a su propio ser donde residen las verdades seguras y necesarias otorgadas por Dios para obtener un conocimiento de toda la realidad. Según este planteamiento, la causa originaria de la verdad es la divinidad por cuanto ilumina las ideas necesarias para determinar la realidad de todo. En este sentido, el camino que propone el autor para lograr el verdadero conocimiento es ir del mundo exterior al mundo interior del espíritu humano y desde allí al Ser Supremo quien esclarecerá la verdad.
·         Para San Agustín, hay que creer lo que Dios revela para llegar al verdadero conocimiento. De esta forma, si Dios es la Verdad y de su iluminación procede la comprensión de toda verdad parcial, se puede comprender que para el Santo no puede establecerse una distinción muy clara entre la razón y la fe, porque hay una mutua colaboración entre ellas y la fe es igualmente algo racional.
·         San Agustín afirma la existencia de la verdad a partir de la existencia de Dios, que es verdad y bien absoluto, centro y fin de todo. Según este autor, el fundamento de la felicidad esta en la suprema verdad, a la cual se puede acceder por medio de la naturaleza del conocimiento humano, y por medio del maravilloso orden de las cosas externas y naturales. Esta afirmación que identifica a Dios con la suprema verdad, se explica porque para San Agustín, el ser del hombre 1. Se encuentra en la felicidad que satisface sus ansias infinitas de verdad y bien. 2. esta formado por tres principios jerarquizados: espiritual, cognitivo y vital
·         San Agustín afirma que la verdad espiritual es la meta a la que se debe llegar despues de haber dudado y razonado. La duda es prioridad para alcanzar esa verdad iluminada y, por supuesto, la felicidad, porque la duda permite afirmar mi existencia como creación del ser perfecto.
SAN BUENAVENTURA
·         Para San Buenaventura el conocimiento sensible se da gracias a que un objeto sensible afecta el órgano sensorial. Según esto, se podría pensar que el conocimiento para este autor es pasivo por parte del hombre, pues al parecer sólo está a la espera de ser afectado por el objeto. Sin embargo, esta apreciación se clarifica al entender que aunque el objeto afecte al órgano sensorial, es la facultad sensitiva la que juzga el contenido de la sensación.
TOMÁS DE AQUINO
·         Frente a las doctrinas que afirman que el conocimiento se da exclusivamente por los sentidos y frente a aquellas que plantean la existencia de ideas innatas, Santo Tomás toma distancia al mostrar que el entendimiento en si mismo está vacío y proponerlo como pura sustancia.
·         La teoría del conocimiento de Santo Tomás se basa en el intelectualismo aristotélico, ya que no se fundamenta en una limitación a los datos de los sentidos sino que para él el sujeto comienza con lo dado, pero ha de seguir posteriormente un proceso sistemático y metódico. En lo que concierne al conocimiento sensitivo, Santo Tomás propone una explicación empirista del conocimiento humano, porque estima que todo conocimiento ha de partir de una reflexión que se da en la experiencia sensible y considera que el conocimiento empieza por la sensación y continúa por el pensamiento.
GUILLERMO DE OCKHAN
·         Guillermo de Ockham formula el principio comúnmente conocido como "Navaja de Ockham", según este "no se deben multiplicar las entidades más de lo estrictamente necesario", es decir, una teoría tendrá más poder explicativo si evita postular elementos innecesarios, se debe examinar por tanto, cuidadosamente toda explicación, con el fin de evitar las confusiones que se producen al postular entidades sin la debida comprobación. Así, se deduce que este principio se constituye en un mecanismo para construir teorías fundamentadas en la verificación y la experiencia.

·         44. Guillermo de Ockham rechaza el conocimiento abstracto y propone la intuición sensible de la realidad como forma valida y posible del conocer. Desde la perspectiva de la epistemología de Ockham cabe la posibilidad del desarrollo del conocimiento empírico, caracterizado por la primacía de la experiencia que condiciona el pensamiento.
2.  EPISTEMOLOGIA DEL RENACIMIENTO
ASPECTOS GENERALES DEL RENACIMIENTO
·         Durante el renacimiento, encontramos una nueva actitud científica y artística como herencia de la cultura griega. Se desarrolla una crítica a la moral y a la autoridad establecida en la edad media. Los humanistas del renacimiento son hombres comprometidos que denuncian una situación socioeconómica injusta. Dos razones que explican esta afirmación sobre el renacimiento son la liberación de la conciencia y el reconocimiento del valor y de los derechos del individuo.
EDMUND BURKE
·         Para Burke, el gusto no es una idea simple, sino que está constituida por la percepción de los placeres primarios de los sentidos, de los placeres secundarios de la imaginación, y de las conclusiones sobre las relaciones de estos, por parte de la facultad de razonar. Ahora bien, Burke concluye que hay fundamento suficiente para razonar de un modo concluyente sobre el gusto, pues en la base de todo esto están los sentidos, los cuales son los mismos en todos los hombres y por lo tanto, las sensaciones que surgen a partir de ellos no cambian, de lo que se deduce que la investigación y argumentación de Burke parten de una base empírica.
·         Para Burke, existen en el hombre dos tendencias fundamentales: una que lo lleva a conservar su propio ser y otra que lo conduce a la vida en comunidad. En la primera descansa el sentimiento de lo sublime y en la segunda el sentimiento de lo bello. Lo bello reúne, lo sublime aísla. Lo uno civiliza, puesto que desarrolla las formas agradables del trato y sirve al refinamiento de las costumbres. Lo otro penetra hasta el fondo del Yo y nos entrega por completo a nosotros mismos. Según lo anterior, se puede afirmar que 1. En la vivencia de lo sublime desaparecen todas las limitaciones del Yo 2. En lo sublime, el Yo se encuentra devuelto a sí mismo y tiene que afirmarse en su independencia frente al universo, tanto físico como social.
GIORDANO BRUNO
·         Giordano Bruno defendió la doctrina de la infinitud del universo, el cual no es concebido como un sistema de seres rígidos, articulados en un orden dado desde la eternidad, sino en un conjunto que se transforma continuamente, que pasa de lo inferior a lo superior y de este a aquel, por ser, en el fondo, todo una y la misma cosa, es decir, la vida infinita e inagotable. La infinitud espacial y temporal del universo corresponde a la infinitud de Dios. Es totalmente coherente con el pensamiento de Bruno la teoría que afirma que Dios se encuentra a la vez dentro y fuera del mundo, es causa inmanente y se encuentra infinitamente por encima del mundo.
TOMÁS HOOBES
·         La filosofía de Hobbes está marcada por dos elementos fundamentales como son el científico y el político. Así, mientras que por un lado, la filosofía mecanicista de Hobbes busca afrontar el problema político de la constitución de la sociedad intentando evitar la guerra civil, por otro lado, su filosofía política es una confirmación de su pensamiento mecanicista. Por lo tanto, para Hobbes la filosofía es un sistema complejo y articulado y la vida en sociedad sólo se entiende a partir de la ciencia.

II.            ÉTICA  DE LA ANTIGÜEDAD,  EDAD MEDIA Y DEL RENACIMIENTO

JUSTIFICACIÓN Y ORIGEN DE LA ÉTICA.
La búsqueda de justificación. ¿De dónde proviene la ética? En esta interrogación se unen dos cuestiones muy diferentes, una sobre un hecho histórico y la otra sobre la autoridad. La inquietud que han suscitado ambas cuestiones ha influido en la configuración de muchos mitos tradicionales acerca del origen del universo. Estos mitos describen no sólo cómo comenzó la vida humana, sino también por qué es tan dura, tan penosa, tan confusa y cargada de conflictos. Los enfrentamientos y catástrofes primitivas que éstos narran tienen por objeto —quizás por objeto principal— explicar por qué los seres humanos han de someterse a normas que pueden frustrar sus deseos. Ambas cuestiones siguen siendo apremiantes, y en los últimos siglos numerosos teóricos se han esforzado por responderlas de forma más literal y sistemática.

Esta búsqueda no es sólo fruto de la curiosidad, ni sólo de la esperanza de demostrar que las normas son innecesarias, aunque estos dos motivos son a menudo muy fuertes. Quizás esta búsqueda deriva, ante todo, de conflictos en el seno de la propia ética o moralidad (para los fines tan generales de este artículo no voy a distinguir entre ambos términos). En cualquier cultura, los deberes aceptados entran a veces en conflicto, y son precisos principios más profundos y generales para arbitrar entre ellos. Se busca así 1a razón de las diferentes normas implicadas, y se intenta sopesar recíprocamente estas razones. A menudo esta búsqueda obliga a buscar, con carácter aún más amplio, un árbitro supremo la razón de la moralidad sin más.

 Esta es la razón por la que resulta tan compleja nuestra pregunta inicial. Preguntar de dónde proviene la ética no es como preguntar lo mismo acerca de los meteoritos. Es preguntar por qué actualmente hemos de obedecer sus normas (de hecho, las normas no agotan la moralidad, pero por el momento vamos a centrarnos en ellas, porque son a menudo el elemento donde surgen los conflictos). Para responder a esta cuestión es preciso imaginarse cómo habría sido la vida sin normas, e inevitablemente esto suscita interrogantes acerca del origen. La gente tiende a mirar hacia atrás, preguntándose si existió en alguna ocasión un estado «inocente» y libre de conflictos en el que se impusieron las normas, un estado en el que no se necesitaban normas, quizás porque nadie quiso nunca hacer nada malo. Y entonces se preguntan «¿cómo llegamos a perder esta condición pre-ética?; ¿podemos volver a ella?». En nuestra propia cultura, dos respuestas radicales a estas cuestiones han encontrado una amplia aceptación. La primera -que procede principalmente de los griegos y de Hobbes- explica la ética simplemente como un mecanismo de la prudencia egoísta; su mito de origen es el contrato social. Para esta concepción, el estado pre-ético es un estado de soledad y la catástrofe primitiva tuvo lugar cuando las personas comenzaron a reunirse. Tan pronto se reunieron, el conflicto fue inevitable y el estado de naturaleza fue entonces, según expresa Hobbes, «una guerra de todos contra todos» (Hobbes, 1651, Primera Parte, cap. 13, pág. 64) aun si, como insistió Rousseau, de hecho no habían sido hostiles unos con otros antes de chocar entre sí (Rousseau, 1762, págs. 188, 194; 1754, Primera Parte). La propia supervivencia, y más aún el orden social, sólo resultaron posibles mediante la formación de normas estipuladas mediante un trato a regañadientes (por supuesto este relato solía considerarse algo simbólico, y no una historia real). La otra explicación, la cristiana, explica la moralidad como nuestro intento necesario por sintonizar nuestra naturaleza imperfecta con la voluntad de Dios. Su mito de origen es la Caída del hombre, que ha generado esa imperfección de nuestra naturaleza, del modo descrito -una vez más simbólicamente- en el libro del Génesis. (Mary Midgley. Peter Singer (ed.), Compendio de Ética. Alianza Editorial, Madrid, 1995 (cap. 1, págs. 29-41)
 1. DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA.
 El término ética viene de la palabra griega Ethos. Éste vocablo significa uso, hábito, costumbre. En este campo de trabajo se puede afirmar como la ética es el desarrollo reflexivo sobre los hábitos y las costumbres. En otras palabras, la ética lleva a cabo la discusión  en torno a los modos de vida de la sociedad.
 Algunos significados que se le han dado al término ética durante la historia de la filosofía son: para Homero el Ethos es el ‘lugar habitado por hombres y animales’. Heidegger continuando con esta línea afirma ‘la morada (lugar) o Ethos del hombre es el ser’. Zenón de Citio, en cambio considera  como el Ethos es la fuente de vida de la que manan los actos singulares. Aristóteles concibe la ética como temperamento, carácter, hábito y modo de ser. Ésta acepción es la más relevante y conocida durante la tradición.
 El cimiento de toda esta reflexión se encuentra en la persona misma. Ésta continuamente busca su construcción y el formarse hacia bienes mejores. El conjunto de hábitos y costumbres no son innatos en la naturaleza del hombre. Por el contrario, ellos son adquiridos. En este sentido el ser humano va haciendo día a día su realización personal. El proyecto existencial del hombre se configura en el diario vivir dentro de la sociedad.

Desde lo anterior, la ética ayuda a orientar dicha realidad. Ella trata de dirigir, y encaminar al hombre en su actividad humana (actos reflexivos) para que él pueda alcanzar la felicidad y el bien. Es bueno aclarar como la discusión ética no busca consolidarse en los campos teoréticos. Más bien busca contribuir a la reflexión sobre la realidad. Su estudio busca fortalecer la praxis humana.
 2. OBJETO DE ESTUDIO.
 La ética encuentra su campo de investigación dentro del ámbito filosófico en el estudio de la actuación y comportamiento del hombre moral en la realidad. Se aclara, en este momento, como la ética no busca plantear normas en torno al comportamiento del hombre. Su acción tiene el horizonte de buscar elementos fundamentales los cuales contribuyan a orientar la acción humana y moral. La ética no busca enseñar la manera como se debe dirigir la vida. Su reflexión busca dar explicaciones a la moral y a la acción humana.
 3. DISTINCIÓN ENTRE ÉTICA Y MORAL
 ·        La ética significa la reflexión sobre las costumbres y formas de vida. La moral, en cambio, es la discusión en torno a las normas y reglas que orientan los hábitos y las costumbres de una sociedad y de la actividad humana.
 ·        La ética sólo acompaña a la actividad reflexiva del hombre, el cual busca la felicidad. Además, ella no busca imponer una normatividad. La moral, sólo se limita a discurrir, en torno a las normas que orientan el vivir de una comunidad.
 ·        La ética necesita del campo de acción de la moral para realizar sus consideraciones, reflexiones y conclusiones.
 4. PROBLEMA DEL CAMPO ÉTICO
 El ámbito de las actuaciones humanas es muy general. El intento de hacer una reflexión en torno a los actos que el hombre realiza a través de su vida parece moverse en un ámbito bastante amplio. Muchos de los hábitos y costumbres tienen multiplicidad de significados en medio de la cultura. El mundo en el cual se mueven los modos de vida del hombre es variado, amplio y complejo.

PRINCIPALES ESCUELAS ÉTICAS DE LA ANTIGUEDAD
ÉTICAS FORMALES
ÉTICAS MATERIALES
ESTOICISMO
(Zenón de Citio, Séneca, Marco Aurelio).

·         Para esta escuela de pensamiento la rectitud del hombre y su verdadera constitución se encuentra en el cumplimiento de la ley que le dicta la razón y en la aceptación total de la
·         propia vida con todas sus circunstancias. La existencia de la persona se limita a lo impuesto por la razón y el destino.

·         El ideal del hombre estoico está en lograr el estado de ataraxia. Esto significa como el hombre debe permanecer imperturbable ante dolores, pasiones sufrimientos y problemas.

·         El principio fundamental que maneja esta doctrina es el siguiente: el bien consiste en vivir conforme a la naturaleza. Ésta tiene un elemento fundamental: la razón. El individuo debe cultivar una vida sencilla de acuerdo con la naturaleza (la razón).
HEDONISMO
 (Aristipo de Cirene: Cirenaícos)

·         Los cirenaícos consideran que la felicidad consiste en la serenidad de ánimo. Ésta serenidad solo se da o se obtiene  por medio del dominio del hombre sobre sí mismo.

·         Pero, ¿en dónde se apoya la felicidad? El punto de referencia para hablar de este aspecto se encuentra en el logro placentero. Por eso, el supremo bien o la virtud para esta corriente ética es el placer. La conducta humana debe encaminarse a su consecución.

·         El placer es el único goce. Además es el centro motor de la vida. Aristipo se cuida de advertir que la razón humana debe controlar la cantidad de placer a fin de que este no obstaculice la felicidad.

·         El placer cirenaico no es burdo, ni mucho menos rebaja y somete al hombre. Por el contrario, el verdadero, sabio debe apreciar los placeres más sutiles y elevados. El orgullo del cirenaico está en sentirse dueño y no objeto de los placeres.
 ÉTICA DE LA GRECIA ANTIGUA.
 El fundamento con el cual se empieza a desarrollar la discusión ética en occidente es la búsqueda de una comprensión racional de los principios de la conducta humana. Esta labor es iniciada por los griegos con pensadores tales como Sócrates, Platón y Aristóteles. Dicha labor es continuada por los estoicos y los epicúreos. A su vez esta reflexión llega a Lucrecio, Cicerón y Marco Aurelio pertenecientes al pensamiento romano.
 El tema de la ética griega gira en torno a dos términos: eudaimonía y areté. Estos términos significan felicidad y virtud respectivamente. El primero representa la fuente desde la cual se originan los sentimientos de placer y satisfacción. El segundo, en cambio, se relaciona con los términos de sabiduría, justicia, coraje y moderación.
 El objeto de la investigación ética griega tiene como marco referencial la vida buena del individuo. Lo que realmente importaba para este pueblo era la cuestión fundamental sobre el tipo de existencia que el ciudadano debía asumir y los criterios a utilizar para responder a preguntas de esta índole.
 El auge de la ética griega radica en la reflexión que se hace del individuo de acuerdo con su relación con la ciudad estado (Polis). En otras palabras, el desarrollo del Ethos griego enfrenta al individuo con las exigencias de una sociedad claramente constituida y organizada. La pregunta ahora sería: ¿cómo vivir bien en medio de esta realidad?
 La propuesta de los áticos conquista otros campos. No se busca una reflexión la cual consolide el orden ético del individuo (singular). Por el contrario, ellos hacen una invitación para que el sujeto entre a participar de acuerdo con sus capacidades y aptitudes en el desarrollo de la sociedad. No se puede olvidar como el hombre está destinado a compartir con los otros y a contribuir a la vida en comunidad.
 Dos planteamientos no se pueden olvidar:
 1) Sócrates y Platón: Sócrates formula claramente un elemento el cual contribuye a esta reflexión: ¿cómo debe vivir un hombre para alcanza la eudaimonía. Aquí se encuentra una llamada a pensar sobre lo que realmente debe desear la vida humana. Esta pregunta es la invitación a conocer la forma como cada sujeto debe vivir para consumar o llevar a buen término su existencia. Lo anterior significa como la vida, en última instancia, debe configurarse con la virtud (areté). Platón continúa dándole forma a este proyecto.
 2) Aristóteles con respecto al proyecto iniciado por Sócrates adopta una concepción diferente. Para él la vida se encuentra configurada con la areté cuando ésta resulta ser la vía del intelecto. La realidad de la moral y las virtudes toman sentido aquí. En este caso la vida encuentra su fundamento cuando ella se adapta a los principios dictados por el intelecto. Estos elementos han sido cultivados en la virtud. (Fuente: http://efraguza.tripod.com/id17.html)
Antigua Grecia
Desde el inicio de la reflexión filosófica ha estado presente la consideración sobre la praxis. Platón elabora un completo tratado de ética política, la República.
La Ética a Nicómaco, el primer tratado de ética de Aristóteles, se basa en la premisa de que todo ser humano busca la felicidad (ética eudemónica). Para Aristóteles todos los seres naturales tienden a cumplir la función que les es propia y están orientados a realizar completamente sus potencialidades. El bien, que es lo mismo que la perfección de un ser o la realización de las capacidades es cumplir su función propia, aquello a que solo él puede realizar. También los seres humanos están orientados a la realización plena de la función que les es propia. El problema que se suscita, entonces, es cuál es la función propia del hombre. Y si acaso hay más de un bien propio del hombre, cuál es el bien más alto y más perfecto de los que puede alcanzar el ser humano?
Como en otras de sus obras, Aristóteles releva las opiniones de sus contemporáneos al respecto y comprueba que todas parecen estar de acuerdo en que el objetivo supremo del hombre es vivir bien y ser feliz, aunque hay muchos desacuerdos respecto de en que consiste la felicidad y el buen vivir.
Solo son morales las acciones en las que se puede elegir y decidir qué hacer. En cambio, no son morales ni inmorales las acciones padecidas, compulsivas o forzosas. Lo que es moral es la acción que depende de la voluntad. ¿Cuándo se actúa correctamente? La forma correcta de actuar está pautada por las costumbres de la comunidad a la que se pertenece y se aprende con la educación. Cuando se actúa de acuerdo con estas pautas, se vive bien y se es virtuoso.
Por otra parte, los filósofos estoicos y epicúreos propusieron teorías morales basadas en principios opuestos: la virtud y la vida con moderación (estoicismo), y la búsqueda del placer (epicureísmo). (http://lomejoedelaetica.blogspot.es/)
 2. ÉTICA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
 a) La patrística.
 Los maestros de la patrística tenían como objetivo central hacer una interpretación de las sagradas escrituras y de la tradición judeo-cristiana. Dicha labor fue emprendida con la ayuda de algunas ideas derivadas de la filosofía griega y romana. La ética en este momento pasa a ser explicada desde el ámbito religioso y filosófico. Dos ideas son desarrolladas en este momento:
 1) Clemente de Alejandría sostiene que mediante el ejercicio de la razón natural, algunos de los filósofos de la antigüedad habían llegado a conclusiones adecuadas al tipo de vida idóneo para los seres humanos. Dichas conclusiones coinciden en algunas partes con la doctrina moral cristiana. El descubrimiento particular realizado por la filosofía griega y que a su vez interesaba a los padres de la Iglesia era el de razonamiento práctico. Éste se entiende como una facultad con la cual se puede elegir la forma correcta de actuar.
 En esta misma línea, San Jerónimo desarrolla el planteamiento por medio del cual existe en todos los hombres un recurso innato que ayuda a los hombres a llevar una vida buena o a caminar hacia la virtud. Con el término synderesis, este padre de la Iglesia pone de manifiesto que en el hombre hay una facultad encargada de distinguir entre el bien y el mal. Bajo esta capacidad se puede realizar un discernimiento entre los actos buenos y malos.
 2) Platón y algunas tradiciones místicas antiguas presentan la doctrina de la purificación moral. Ésta se comprende como la huida del alma lejos del mundo. Lo anterior se hace presente en algunos de los escritos de Plotino. Más adelante, dicha doctrina es introducida al cristianismo patrístico por Orígenes. Éste planteamiento fue generalizado por Gregorio de Nisa, Dionisio Areopagita y Scoto Eriúgena.
 En esta línea, San Agustín se da cuenta como Dios dota a cada hombre de una conciencia con la cual puede conocer la ley moral. Pero, al ir más allá, descubre como ese conocimiento no basta para la virtud. Ésta exige necesariamente el dirigir la voluntad hacia el bien. Para lograr lo anterior, Dios ilumina el alma mediante una revelación de su propia bondad. En este momento el alma se carga de amor por la perfección de Dios. Pero se necesita un elemento fundamental: la voluntad debe esforzarse por lograr la unión con él. Aquí se puede afirmar como la valoración de los actos morales se da cuando las actuaciones individuales están de acuerdo con el plan divino. Es decir, los actos del ser humano deben estar en consonancia con la ley de Dios.
 Dionisio Areopagita considera el mérito que la voluntad debe tener para llegar a configurarse con lo divino. Él afirma como una acción es buena si su tipo, motivo y resultado también lo es. Pero si algún elemento de los citados con anterioridad es malo, la acción puede considerarse como negativa.
 2. La escolástica
 En el desarrollo de la patrística y en el inicio de la escolástica la discusión moral pasó a ser de carácter teológico. Su punto de trabajo se ubicó en dos asuntos:
 a)           presentar las cuestiones normativas acerca de qué virtudes cultivar, qué acciones evitar y qué metas perseguir.

b)           establecer la estructura general de la moralidad. En principio dicha labor no fue algo sistemático.
 En esta misma tónica, San Anselmo empezó a fomentar una discusión más ordenada. Adopta el planteamiento de San Agustín el cual afirma cómo la gracia de Dios induce en el alma una disposición para avanzar hacia el bien. En este momento las acciones deben estar en consonancia con lo que quiere el mismo Dios. Pedro Abelardo reconoce como la voluntad del sujeto debe estar de conformidad con el proyecto de Dios. Un acto realizado por el individuo se considera como bueno cuando  asume dentro de sí la ley divina.
 Santo Tomás intenta sintetizar el pensamiento griego y la doctrina cristiana en una sola filosofía. En el campo de la ética, él se dedica a presentar cómo los paralelismos entre las ideas de virtud originadas en la antigüedad y las producidas por el cristianismo pueden desarrollarse para establecer un fundamento racional de la moral y demostrar con ello una formulación de la virtud verdadera la cual pudiese ser vinculante para cualquier ser humano dotado de la facultad intelectiva.
 El doctor Angélico logró, desde lo anterior, suscribir una concepción racionalista dentro del pensamiento moral. Su contacto con los escritos de Aristóteles le permiten llegar a buen término en dicha labor. Únicamente bajo el auspicio de los escritos del maestro griego se pudo crear una forma de eudemonismo consecuencialista. Éste significa que la acción recta es la conducta la cual tiende a promover  o de hecho realiza la consumación del ser humano.
 3. Renacimiento.
 Hacia el siglo XIII y XIV la reflexión ética tomó dos caminos distintos. El primero intenta continuar con la propuesta Aristotélica y la teoría tomista. El segundo se encamina, más bien, por una reacción en contra de la escolástica y de la tradición predominante hasta el momento.
 En cuanto al primer movimiento es bueno decir como la tradición aristotélica continuó evolucionando. Esta corriente tuvo dos direcciones:
 a)           Italia: un grupo de escritores y científicos naturalistas radicados en la ciudad de Padua se remontaron a los trabajos de algunos averroístas y a su vez al mismo Aristóteles donde encontraron la fuente de una teoría ética totalmente congruente con su manera de ver el mundo. Su principal representante es Pietro Pomponazzi.
 b)           La península Ibérica: la tradición tomista persiste en este territorio con un grupo de pensadores neoescolásticos católicos.  La teoría desarrollada en esta parte del hemisferio fue la de exponer y comentar la obra de Santo Tomás y Aristóteles. El aporte de este grupo de pensadores a la tradición fue la de adaptar toda esta estructura de pensamiento a las nuevas circunstancias que el mundo estaba viviendo. Aquí se puede encontrar a Francisco de Vitoria. Él reflexionó acerca de la doctrina sobre la guerra justa, donde el factor predominante es la legitimidad para usar la violencia bajo la causa de la defensa de la sociedad. Suárez, en cambio, buscando ir más allá de las tesis de Santo Tomás y bajo la inspiración de Ockham reconoce la concepción por medio de la cual la voluntad del agente y la de Dios desempeñan un papel importante en la determinación de la vida moral de la conducta.
 El segundo movimiento tuvo como objetivo en contra del Aristotelismo y sus posteriores reflexiones. Se inclinó por un regreso hacia las doctrinas platónicas. La raíz de este movimiento se encuentra en el auge de la ciencia empírica y la fragmentación de la unidad en la Iglesia católica. A su vez hay un redescubrimiento de los autores de la antigüedad  y un mayor disponibilidad de a sus textos. Nicolás de Cusa, por ejemplo, construye una explicación de la realidad según la cual hay un movimiento general de toda la humanidad hacia Dios, orientado por el amor místico. Éste trabajo tiene la inspiración de la metafísica platónica y pitagórica y la mística cristiana. La academia neoplatónica de Florencia, bajo el patronato de Cósimo de Médici continúa con dicha línea. Ésta se distinguió por las numerosas traducciones de los textos clásicos. Introdujo en el movimiento renacentista nuevas ideas, forjando así una forma diferente de pensamiento moral y social. Estos humanistas empezaron a fijar su mirada en el texto de la República de Platón encontrando en él un modelo perfecto para la expresión literaria de sus ideas. Dos figuras de este movimiento son: Marsilio Ficino y Giovanni Pico della Mirándola. Ficino al unir las ideas presocráticas y las agustinianas sobre la eficacia causal del amor como principio universal pasa a identificar esto con una noción generalizada de hombre, formando así la idea de humanidad como valor moral primordial. (Fuente: http://efraguza.tripod.com/id17.html)
 ÁMBITO ÉTICO DE LA ANTIGÜEDAD, MEDIEVAL Y RENACENTISTA
Ético: Incluye la reflexión filosófica sobre el conjunto de principios, normas y valores que fundamentan las acciones de los grupos humanos en las distintas épocas de la historia. Las preguntas indagan por las concepciones éticas elaboradas por diversos autores y por las corrientes filosóficas más representativas. Se tienen en cuenta problemas como la naturaleza de los valores, el sentido de la conciencia y de la razón en el obrar humano, las distinciones entre ética y moral, y, en general, las reflexiones éticas sobre la ciencia, la sociedad y la cultura.
ÉTICA ANTIGUA
·         Los conceptos de bueno y malo presentes en las teorías de la moralidad, no son iguales para todos los pueblos y grupos sociales. Para el hombre de las primeras civilizaciones, bueno y malo significaban lo lícito y lo ilícito, lo permitido y lo prohibido por los dioses. Posteriormente, por ejemplo en la Grecia Antigua, estos conceptos se relacionaron con las costumbres y fueron sinónimo de lo que se ajustaba a la tradición y de lo que se separaba de ella. De esta forma, a lo largo de la historia de la moralidad humana 1. Las diferentes civilizaciones han mantenido su tradicional contenido moral sin transformar su arraigado esquema de costumbres 2. Las concepciones morales se han ido transformando y han generado una nueva visión de la realidad moral al juzgarla de diferentes maneras.
·         La raíz griega “ethos” (de la cual proviene la palabra “ética”) y la palabra latina “mores” ( de la cual se origina el término “moral”), se relacionan con las costumbres humanas. Sin embargo, debemos aclarar que con ello no se precisa lo específico de la ética como disciplina filosófica y su diferencia con la moral. De esta forma, es importante distinguir adecuadamente la Ética de la moral, porque aunque la ética y la moral se ocupan de lo mismo, persiguen objetivos distintos.
·         En el diálogo El Gorgias de Platón, Sócrates afirma que en todos los casos, es mejor sufrir una injusticia que cometerla, y si se comete debe ser confesada, pues el hombre que comete una injusticia y queda impune, se convierte en el más desdichado de los hombres, porque un alma injusta es un alma enferma y así como un cuerpo enfermo es infeliz, un alma enferma es desdichada.
·         Protágoras sostiene el perpetuo movimiento de las cosas; esto lo lleva a afirmar que el verdadero comportamiento moral es la adecuación a las circunstancias. De lo anterior, se deduce que Protágoras propone una ética dependiente de las épocas y los hombres.
·         Los pitagóricos solían recomendar a sus discípulos lo siguiente: "No permitas que el sueño caiga sobre tus ojos cansados antes de haber sopesado todos los actos del día? En que falle? ?Que hice, que deber omití? Empieza por ahí y prosigue, después de lo cual censura lo que este mal, y del bien que hayas hecho regocíjate". Estas palabras constituyen una clara invitación a poner en práctica lo que en ética y en psicología se conoce como examen de conciencia.
·         Los Epicúreos clasificaron los placeres en naturales y necesarios, en naturales y no necesarios y en no naturales y no necesarios. Los primeros fueron considerados como verdaderos y provechosos; los segundos debían ser limitados en su uso, ya que incitaban al apego por las cosas terrenales; y los últimos placeres eran de los que sé tenía que huir. Esta división de los placeres realizados por la escuela moralista privilegio una concepción naturalista de la ética fundada en principios espirituales y una interpretación hedonista de la vida basada en la satisfacción de los placeres.
·         Aristóteles en su Ética nos enseña que la suma felicidad radica en la virtud, la cual consiste en vivir conforme a la naturaleza humana. Las virtudes morales, que perfeccionan la voluntad, consisten en guardar el justo medio entre dos extremos viciosos. Estas virtudes se adquieren por la práctica, así como los vicios. Aristóteles aplica estos postulados éticos cuando plantea que la valentía es la virtud entre la cobardía y la temeridad.
·         Según los estoicos, un acto solamente pertenece al ámbito de la moral, es decir, puede ser bueno o malo, cuando depende de nuestra decisión. Los actos que no dependen de nosotros son indiferentes para la moral. De acuerdo con esta noción es posible afirmar que la muerte deja de ser indiferente y se convierte en moral mediante el suicidio.
·         Frente a la ética estoica que se basa en la renuncia a los placeres del mundo y en el sometimiento al destino, aceptándolo y viviéndolo, el epicureísmo dice que a la felicidad se llega a través del placer espiritual, único medio que lleva al hombre al conocimiento de sí mismo. Por lo tanto, la ética estoica es desestimada por Epicuro, porque los placeres hacen parte de la naturaleza humana y por tanto, debe tenerse en cuenta al momento de pensar la felicidad.
·         En el período grecorromano los filósofos, a excepción de los neoplatónicos, se preocuparon por hallar una regla de conducta humana que proporcionara el equilibrio de las pasiones. Así, los estoicos sostuvieron que el bienestar del hombre consiste en dominar todo aquello que pueda perturbar su paz. Es decir que para los estoicos los hombres poseen una entereza de carácter que acepta los padecimientos.
·         Para los cínicos el bien del hombre consiste en vivir solo, sin familia ni patria para alcanzar su felicidad que la obtiene mediante la supresión de las necesidades. Esto los llevó a despreciar el bienestar, las riquezas, los honores, el amor y todo aquello que pudiera hacerlos dependientes de algo o de otro. De lo anterior podemos deducir que 1. la felicidad del hombre significa dejar de lado cualquier elemento que sugiera un lazo. 2. la autarquía que significa vivir con sus propios recursos es el ideal de vida para un cínico.
·         En el siglo V a.C. la influencia de los sofistas en Grecia, la difusión del relativismo y el convencionalismo en cuestiones políticas y morales, así como los constantes pleitos condujeron a cada uno de los individuos a utilizar palabras como "justicia e interés de la ciudad" en sentidos diferentes, de acuerdo con su conveniencia. Por lo tanto, en Grecia el bien y la virtud eran asuntos relativos y correspondían a las intenciones de cada persona.
·         La crítica socrática de la democracia se combinaba con un aprecio por las Leyes del Estado. Cuando Sócrates fue condenado a muerte por la asamblea, tuvo la oportunidad de huir de la cárcel. Sócrates se negó, pues era consciente de que había sido condenado conforme a las leyes de Atenas por las cuales sentía un profundo respeto. Así, afirmaba que la justicia caracterizaba a la sociedad en su conjunto y el Estado justo era aquel en el que cada quien llevaba a cabo su función como ciudadano. Sin embargo, a pesar de conocer los vacíos que tenía el sistema aceptó la pena de muerte, porque fue consecuente con el concepto de justicia que predicó y defendió durante su vida y al aceptar la condena, demostró con su muerte, el amor por la consistencia entre la verdad y su práctica.

·         La proposición de Sócrates de que aquel que conoce claramente el bien también lo quiere y lo realiza, resulta exacta en la medida en que una conducta plenamente buena, no sólo incluye en sí la bondad objetiva de lo querido, sino también la prioridad valorativa objetivamente fundada como lo mejor en cada caso. Sin embargo, algunos piensan que si se observa con cuidado las implicaciones de este enunciado, puede resultar un tanto ingenuo en cuanto 1. la acción buena no depende de una reflexión que la sustente. 2. el deseo y el conocimiento son fácilmente rebasados por la realidad de la vida.

ÉTICA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
·         Santo Tomas definió el derecho natural como aquel conjunto de principios fundamentales que tutelan la vida del individuo y que tienen un carácter universal, permanente e inalienable. Estos principios no son creados por el hombre, sino por la propia naturaleza. Es un derecho anterior a la formación del Estado. Por lo tanto, la moral basada en los principios del derecho natural es valida para cada pueblo según el derecho adoptado y reconocida por todos los ordenamientos sociales y políticos.
·         Muchos filósofos medievales tuvieron dificultades para explicar la existencia del mal en el mundo, entre otras cosas porque resultaba difícil entender como Dios, siendo un ser infinitamente bueno, permitió que el mal existiera y azotara a los hombres. Una manera racional como se puede resolver esta dificultad consiste en afirmar que el mal NO existe realmente pues es un estado negativo procedente de la falta de bien.
·         Santo Tomás de Aquino acepta las tres características de la ética aristotélica que son el intelectualismo, la búsqueda de la felicidad y la realización del fin último. Pero añade que si la felicidad intelectual, racional aristotélica se alcanza en este mundo entonces el hombre puede ser feliz en el transcurso de su vida, separándose con esto de Aristóteles, porque para Santo Tomás Dios es la felicidad de todo hombre.
·         Para San Agustín, el libre arbitrio designa la posibilidad de elegir entre el bien y el mal, aunque gozar de libre arbitrio no siempre significa ser libre, pues serlo depende del uso que se haga de Él, ya que para San Agustín es fundamental distinguir entre el obrar por elección y el obrar por libertad.
·         Para algunos autores medievales, la razón humana es el principio del obrar humano y por tanto, obrar bien es obrar de acuerdo con los designios de la razón. Ockham, por su parte, postula una ética desvinculada de cualquier tipo racional. Todos los preceptos morales penden de la pura voluntad divina. De esta forma, un acto es malo únicamente porque Dios lo prohíbe y bueno porque lo ordena, para alejarse por completo de los principios tradicionales del obrar humano que se basan en la razón humana Ockham propone que Dios podría haber creado un orden moral en el que el robo, el crimen y el odio a Dios hubieran sido actos meritorios.
·         Los primeros representantes de la Patrística sostenían que los hombres han recibido de Dios el libre albedrío para que puedan optar por el bien o por el mal. Si en el ejercicio de esa facultad el individuo se inclina por el mal, tiene la posibilidad de volver a Dios por medio del reconocimiento del pecado y la realización de acciones moralmente buenas. De lo anterior se deduce que por medio del arrepentimiento sincero el hombre puede volver a integrarse en la unidad divina.
·         Pitágoras propone al hombre como camino ético, esforzarse por liberar su alma de la reencarnación, purificándola por medio de una vida que comporte la contemplación intelectual del orden establecido en los números para conseguir la felicidad que está más allá de la vida material. De lo anterior se deduce que es necesario evitar ascéticamente las impurezas provenientes de lo corporal.
·         Según Aristóteles, el fin de las acciones humanas es lograr la felicidad, en este sentido, el "Bien Supremo" es ser feliz y toda acción que conduzca a dicho Bien es virtuosa. Ahora bien, si "vivir feliz" es vivir conforme a la virtud, los seres humanos viven felizmente cuando sus acciones están constituidas por la virtud.
·         San Gregorio de Nisa, uno de los primeros Padres de la Iglesia, afirma que el ser humano tiene la capacidad de alejarse del bien mediante su libre albedrío porque su existencia se dio gracias a la voluntad creadora de Dios. El Santo sostiene que la divinidad ha existido desde siempre como el Ser absolutamente bueno e inmutable que hizo al hombre a imagen y semejanza suya. Sin embargo, aunque la persona es imagen de Dios comete actos malos, porque a su ser personal le es propio decidir si acepta o rechaza al Ser Supremo y si su naturaleza es creada entonces el hombre es imperfecto en sí mismo y mutable hasta en el campo ético.
·         Es común a los gnósticos el afirmar la absoluta trascendencia de Dios, de tal manera que no puede ser creador del mundo, pues no puede tener contacto alguno con él ya que el origen del mal es la materia. Frente a esta postura, los Padres de la Iglesia defienden que Dios es creador del mundo y para ello afirman que Dios es creador a partir de una materia prexistente.
·         Para el aristotelismo, el alma es la forma sustancial del cuerpo, es decir, es el principio biológico co-extensivo a todo lo que vive, y por tanto, de cierta manera no puede desprenderse del ser vivo. Por su parte, Tomás Campanella se aleja de las doctrinas aristotélicas al considerar, primero, que el alma puede elevarse desde el saber que ella posee de sí misma hasta la contemplación de las ideas y por último de Dios, y segundo, al proponer una teoría que permita una relación directa con Dios a través del alma.
·         Si afirmamos que todos los seres mundanos están constituidos de materia-forma, entonces los ángeles como tal, carecerían de materia y sólo tendrían forma. No obstante, San Buenaventura argumentaba que los ángeles también tendrían un componente material, pues si su constitución fuese exclusivamente formal, serían acto puro, lo que es exclusivo de Dios. A este respecto, si se defiende el principio de individuación que es el que permite diferenciar los seres unos de otros, se hace necesario negar la multiplicidad de especies angelicales, porque al ser Dios espíritu puro, sería imposible diferenciarlo de los ángeles.
·         La ética como disciplina filosófica tiene como interés central los principios según los cuales el hombre debe orientar su acción. Estos principios sirven de pauta para conformar las normas de conducta individual, es decir, para constituir la moral personal. Sin embargo, se puede afirmar que la ética es una disciplina eminentemente explicativa y no exclusivamente normativa, porque analiza la forma de ser del hombre en su generalidad y observa la vida humana en comunidad.
·         Los pitagóricos solían recomendar a sus discípulos lo siguiente: “No permitas que el sueño caiga sobre tus ojos cansados antes de haber sopesado todos los actos del día. ¿En qué fallé? ¿Qué hice, qué deber omití? Empieza por ahí y prosigue, después de lo cual censura lo que esté mal, y del bien que hayas hecho regocíjate. Estas palabras constituyen una clara invitación a poner en práctica lo que en ética y en psicología se conoce como examen de conciencia.
·         San Agustín considera que los hombres pueden con su voluntad encaminar sus actos hacia el bien o hacia el mal. De esta manera, establece que la libertad es algo propio de la voluntad del ser humano otorgada por Dios. De lo anterior se deduce que una acción Éticamente deseable nace del libre albedrío de los individuos.
 ACTIVIDADES A DESARROLLAR
 1. Lea y resuma la guía de contenido temático correspondiente a la Epistemología o gnoseología de la Edad Media, y del Renacimiento, al igual que la Ética de la Antigüedad, época Medieval y Renacentista, a través de mapas conceptuales, esquemas o cuadros indagando (consultando) extra clase y preguntando las dudas que surjan sobre las temáticas generales aquí expuestas al profesor preferiblemente en clase. Referencia para videos, consulta, diccionarios, etc.  página web: Pensamiento y acción filosófica.
2. Elabore una síntesis de lo que piensan cada uno de los filósofos sobre el conocimiento en la Edad Media, Renacimiento y lo que plantearon principalmente en Ética los filósofos de la Antigüedad, Edad Media y el Renacimiento según textos seleccionados que son la base de la evaluación Icfes del Periodo, consultas y documentos de la guía.
3. Prepárese para sustentación individual o grupal a través de conversatorios de todos los contenidos anteriores vistos.
4. Presente la prueba saber de finalización del periodo.